Los juegos orales favorecen la expresión verbal.
Esta actividad permite el establecimiento de relaciones
entre consignas y acciones.
Uno de los participantes es "Simón", que es el que dirige la acción. Los demás deben hacer lo que Simón dice.
La frase mágica es "Simón dice". Si dice "Simón dice salta", los jugadores deben saltar o quedan eliminados.
Si el que dirige la acción solo dice "salta", no deben saltar, o quedarán eliminados también, porque no se dio la orden correctamente. Lo importante es cómo enuncia Simón la indicación.
Lo que se pone en juego es la capacidad de distinguir entre las órdenes válidas e inválidas.
Es tarea de Simón conseguir que cada participante quede eliminado lo antes posible, y cada participante debe tratar de permanecer 'dentro' todo lo posible.
Mechi
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